Según el diccionario de la Real Academia Española la música es el arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente. También hace referencia a que la música es melodía, ritmo y armonía, combinados. Según esta misma fuente, un músico es aquella persona que conoce el arte de la música o lo ejerce, especialmente como instrumentista o compositor. Estas definiciones parecen estar muy claras pero, reflexionemos durante un rato sobre la definición de músico. Persona que conoce el arte de la música, que conoce, que tiene conocimiento y, por lo tanto entendemos que sabe de todo aquello que engloba la definición de música. Aquí está la clave, en el conocimiento.
Desde mi punto de vista como profesional puedo afirmar que un músico íntegro es aquel que no solamente interpreta obras con su instrumento, de una forma más o menos digna, sino quien, además de ello, entiende el lenguaje de la música, la melodía y la armonía, la estructura musical y el lenguaje del compositor y de la época. Un músico es aquella persona que cuando interpreta o compone música tiene un conocimiento pleno de aquello que está haciendo, el porqué, el cómo, el cuándo e incluso el dónde. Cuando esto es así, el músico transmite fielmente la música al interpretarla, porque lo hace desde el conocimiento pleno y no desde la imitación de, por ejemplo, aquellos grandes intérpretes a los que ha escuchado previamente.
La música, además de arte, es un lenguaje. Un lenguaje que va mucho más allá del hablado o escrito. Un lenguaje que transmite emociones y sentimientos, a veces incluso en contra de nuestra voluntad. ¿Quién no ha derramado alguna lágrima al escuchar música sin ni siquiera pretenderlo? ¿Quién no ha sentido alguna vez una enorme emoción al escuchar aquella música que le resulta placentera? Y es que la música tiene un gran poder en el ser humano y la mejor arma que un músico ha de tener para lograr la transmisión de la música al cien por cien es el conocimiento íntegro del lenguaje musical. De lo contrario, parte del potencial de la música se perderá en el camino.
Como docente me resulta fundamental e imprescindible enseñar a mis alumnos, desde la primera clase, el lenguaje musical y la teoría musical. ¿Cómo se puede aprender a tocar el piano si no es de esta forma? ¿De oído? ¿Aprendiendo las partituras de memoria? No, estos son errores muy comunes que al final los alumnos pagan muy caros. Mi sistema de enseñanza de la música aúna desde la primera toma de contacto el aprendizaje del lenguaje musical y la técnica pianística. Como música y profesional de la enseñanza creo que este es el verdadero y más rápido camino en el que un alumno puede comprender la música y todos sus elementos y convertirse en un músico verdadero y pleno.