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Sobre la aceptación y sus consecuencias:

En psicología el fin último de la terapia es la aceptación por parte del cliente de lo que le provoca sufrimiento, causando un cambio de actitud en este al punto que el sufrimiento desaparece. Esto se debe a que el origen del sufrimiento, después del dolor inicial, es el estar despegado de la realidad y no aceptar por tanto la circunstancia. Al aceptar de manera sentida se integra en uno mismo la realidad y por tanto el malestar psicológico deja de existir.

Trabajando con la Esencia, es decir, con la verdadera identidad de uno mismo, la aceptación funciona un poco diferente. Provoca el mismo cambio de actitud hacia la situación que en el tratamiento psicológico pero también modifica la realidad, evitando que aquello que pueda ocurrir en el futuro y que no se acepta, no ocurra o suceda, a no ser que sea para el avance de la Esencia. Esto sucede porque la Esencia está conectada con el Todo y es de alguna manera es el Todo o la Unidad, y tiene la capacidad de modificar la realidad personal, literalmente hablando. La aceptación también se ha de hacer de forma sentida pero la diferencia respecto a la aceptación desde la psicología, reside en que el miedo, la creencia limitante, la emoción o el sentimiento que provoca sufrimiento se le entrega a la Esencia y ésta lo “desprograma” o lo hace desaparecer.

Como terapeuta holístico, trabajo directamente con la aceptación para conseguir que la persona que acude a consulta pueda desbloquearse emocionalmente, quitarse miedos y creencias limitantes. Te habrás percatado que el sujeto activo es la persona y no yo, el terapeuta. Esto es porque en la terapia que realizo en Madrid capital, es la persona la protagonista de su proceso de sanación y por tanto es ella la que debe decidir sanarse y avanzar; trasladándome al papel de acompañante, potenciador y facilitador de los procesos personales.